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¿Cómics Educativos?

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El cómic y la historieta están entre las formas más antiguas de expresión creativa. Sus comienzos datan de la época prehistórica, cuando los hombres y las mujeres pintaban escenas de caza en las paredes de las cavernas para registrar sus hazañas. Forma de expresión  precursora de los dibujos animados de hoy en día: la mezcla de imágenes, y a menudo palabras, para contar una historia.

No obstante los cómics surgieron con gran fuerza y de la manera por la que hoy las conocemos gracias a la prensa diaria neoyorquina. Fue el 18 de Octubre de 1896 cuando en el New York Journal apareció por vez primera Yellow Kid de Richard Outcault, reconocida como la primera serie de cómic moderno.
El cómic es un relato en imágenes fijas ilustradas, cuyos personajes, encuadrados en viñetas según puntos de vista casi cinematográficos, se expresan a través de diálogos escritos en globos; estas narraciones habitualmente se publican en la prensa e incluso se traspasan a dibujos animados, series de TV y al cine.

Si bien es un medio de comunicación y un vehículo de narración gráfica ya no tan importante en el mercado de entretenimiento para los niños como lo son otras propuestas como la televisión o el cine, sigue manteniendo a su favor en hecho d e servir como vínculo entre el papel asociado a la lectura activa, y los soportes audiovisuales.

Así, creemos que el cómic puede ser una herramienta válida para la transmisión de conocimiento, tal y como son los libros de texto escolares.Por su lógica interna, divide la información en trozos, lo cual la hace más fácil de asimilar. Las imágenes que acompañan a estos trozos o viñetas refuerzan la información que transmiten y, en muchos casos, la amplían.
El cómic educativo por un lado, puede narrar una historia bajo el paradigma convencional de planteamiento-nudo-desenlace, incorporando en ella los hechos, aspectos o detalles que nos interesa que los alumnos aprendan,  nos ayuda en el desarrollo de la creatividad y expresión mediante el dibujo, de hecho ayuda en el aspecto memorístico por la sucesión de fichas iconográficas, aún demanda del lector un mínimo de intervención al tener que recrear en su cabeza los sonidos y el movimiento, lo cual ya es una actividad intelectual. Quizá sea precisamente esta actividad la que permite que los lectores habituales de comics se conviertan luego en su mayoría también en lectores de libros. Acostumbrados ya al esfuerzo de realizar una recreación mental de unos pocos elementos, luego resulta más fácil esforzarse un poco más y entonces llevar a cabo una recreación de todos los elementos, como es necesario hacer en la literatura.





Referencias:

·         Arévalo Zamudio, J. Imágenes visuales I, en Educación para los medios. UPN, México, 1997.

·         Font, Domènec. El poder de la imagen, Editorial Salvat, Barcelona, 1981.